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Se trata de un perro compacto y robusto, de cráneo ancho con stop marcado y trufa grande y negra.
Los ojos están separados y son oscuros.
Orejas pequeñas y puntiagudas.
Cuello musculoso.
Aunque las patas son cortas, están bien musculadas para sostener el ancho tronco. La cola, corta y recta, es llevada bien alta.
Pelaje: capa interior suave y poblada, capa exterior larga y dura.
Color: blanco uniforme.
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Por su carácter juguetón y atolondrado, es difícil inculcar al Westie una excesiva disciplina.
La atención y la constancia son las claves para conseguirla.
Precisa afecto y todo el ejercicio que se le pueda ofrecer.
Los cuidados de su pelo son necesarios.
Se recomienda un aseo regular y esquilado ocasional.
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Este perro de mirada pícara está siempre dispuesto al juego y a las bromas.
Es atento, astuto y bonachón con los niños.
Le gusta retozar y dar paseos por el campo.
Es muy cariñoso y fiel a sus amos, pero no busca las caricias de los extraños.
El carácter es bastante ardiente.
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De origen escocés, surge de los cachorros blancos aparecidos en ciertas camadas del Terrier de Cairn.
Fue el Mayor Malcolm de Poltalloch el que se dedicó a su cría, liberándolos de la muerte segura, pues los cachorros blancos eran considerados débiles y cobardes y eran ahogados tras su nacimiento.
En 1904, reconocido su valor y osadía, fueron bautizados con el nombre actual y poco a poco han ido poniéndose de moda.
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Si se le proporciona suficiente ejercicio y movimiento, el Westie puede vivir bien en la ciudad.
Además es poco complicado con los niños, así que constituye una buena mascota casera.
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Pros:
- Se adapta bien a la ciudad y al campo
- Afectuoso y divertido.
- Buen perro casero.
- Se lleva bien con otros perros.
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