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 Fuerte y activo, el Terrier Tibetano tiene la cabeza mediana, el stop marcado que se le estrecha desde las orejas hacia los ojos que son grandes, oscuros y están bastante separados.
En el mentón lleva una ligera barba.
Las orejas en forma de V cuelgan sin estar demasiado apretadas.
Los miembros son rectos y cubiertos de pelos.
Posee grandes pies redondos y muy peludos entre los dedos y las plantas de los pies.
De lomo alto y recto, recogido por un vientre ancho y profundo.
La cola es mediana, bastante alta y rizada sobre el lomo.
Pelaje: Abundante y fino, recto u ondulado, siempre tiene un vello de lana fina.
Color: Todo los colores o combinaciones de todos los colores.
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 Su largo y robusto pelaje no requiere de retoques diarios, aunque si que son necesarios cepillados periódicos.
Le encanta corretear por los espacios abiertos.
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 Inteligente y lleno de energía, es fiel a sus amos, teniéndoles una absoluta lealtad y fidelidad.
Es muy cariñoso, afectuoso y reservado, incluso desconfiado con intrusos o la gente ajena.
No es agresivo ni tampoco mordedor.
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 De origen muy antiguo, nació en los monasterios del Tibet, donde durante siglos fue sagrado y como objeto de verdadero culto.
Existe la creencia de que podía ser capaz de llegar a sitios que el hombre no podía acceder y encontrar objetos perdidos.
Su pelaje era apreciado porque cuando se le esquilaba el denso pelo se le utilizaba como lana.
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 Simpático y de buen carácter se ha convertido en un perro de excelente compañía.
Es un buen compañero y no es nada agresivo.
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Pros:
- Inteligente y obediente.
- Gran compañero y excelente perro de familia.
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