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Rústico y armonioso, el Lhassa Apso tiene la cabeza pesada, con mucho pelaje que cae sobre los ojos en forma de barba y bigote.
Las orejas son colgantes y los ojos oscuros siendo la nariz y la trufa negras.
El cuello es fuerte y con un poco de papada.
La cola está muy poblada de pelos en su extremidad.
Costillar salido y riñones fuertes.
De grupa y muslos bien desarrollados y fuertes.
Pelaje: Pelo pesado, recto y áspero, largo y con vello denso.
Color: Arena o leonado dorado, gris o pardo.
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Su pelaje largo y abundante requiere muchos cuidados y necesita que se le retoque el pelo regularmente y que se le de una alimentación sana y equilibrada.
Se adapta bien a los espacios reducidos y a los apartamentos.
Su educación resulta fácil.
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El Lhassa Apso es desconfiado con los extraños, pero afectuoso y cariñoso con su familia sin dejar de ser el punto de mira y arrogante, además de orgulloso.
Es alegre y lleno de seguridad, muy vivo y enérgico.
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Nació en el Tibet y se le considera uno de los perros más viejos del mundo.
Fue criado en monasterios de lamas y considerado como un animal sagrado.
Su comercio estaba prohibido, por lo que los primeros ejemplares no llegaron a Europa hasta principios de este siglo.
El nombre de "Apso" le viene del nombre de la cabra del Tíbet, por el color dorado que posee.
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Alegre y seguro de sí mismo, es un buen perro de compañía y su fino oído lo dota para ser un buen guardián, dando la alarma con sus potentes ladridos.
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Pros:
- Excelente amigo del hombre y de los niños.
- Cariñoso y alegre.
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